Agentes contaminantes | Humo del tabaco, óxido y dióxido de nitrógeno, monóxido de carbono, derivados epidérmicos de animales domésticos, ácaros, mohos, agentes químicos, físicos y biológicos. |
Agentes químicos | Gases inorgánicos, humo de tabaco ajeno, procesos de combustión para cocinar y calentar alimentos, materiales de construcción y decoración, productos de limpieza y mantenimiento, herramientas de trabajo, productos para el bricolaje. |
Agentes biológicos | Microorganismos (hongos, virus, bacterias), alérgenos de interior (ácaros del polvo, mohos), polen. |
Agentes físicos | Campos electromagnéticos (CEM), ruido. |
Solución | Ventilación mecánica controlada para garantizar una renovación constante del aire y reducir la concentración de los agentes contaminantes. |
Desde el humo ambiental del tabaco hasta el óxido de nitrógeno y el dióxido de nitrógeno, pasando por el monóxido de carbono, los derivados epidérmicos de los animales domésticos, los ácaros y el moho. Son muchos los agentes contaminantes que pueden estar presentes en el aire que respiramos cada día en casa, en la oficina o en otros ambientes interiores.
Por ello, una renovación adecuada, en vista de que la mayoría de las personas pasa aproximadamente un 90% de su tiempo en espacios interiores, se convierte en una necesidad absoluta. No es casualidad que el Istituto Superiore di Sanità haya definido la contaminación del aire, ya sea exterior ya interior, como "el factor de riesgo más importante para la salud pública".
Las principales sustancias que pueden alterar la calidad del aire interior se suelen clasificar en agentes químicos, físicos y biológicos. Pueden proceder de fuentes externas, como la contaminación atmosférica exterior o el polen, pero también de fuentes internas. Entre estas, debe citarse a las propias personas que ocupan un ambiente determinado (humanos y animales), el polvo, que es un receptáculo perfecto para la propagación de microorganismos, los materiales de construcción, el mobiliario y las instalaciones.
Los agentes químicos que pueden contaminar el aire en ambientes cerrados
Los agentes químicos en forma de gases inorgánicos suelen estar presentes en el hogar.
El tabaquismo pasivo, por ejemplo, contribuye a la contaminación de los ambientes cerrados, ya que la combustión del tabaco genera un conjunto de más de 4.000 sustancias químicas altamente tóxicas y cancerígenas.
Luego están todos los procesos de combustión para cocinar los alimentos y para calentarlos, que aumentan las concentraciones de óxido y dióxido de nitrógeno (NO y NO2), dióxido de carbono (CO2) y monóxido de carbono (CO).
Los materiales para la construcción y el mobiliario, así como los productos de limpieza y mantenimiento, también determinar una importante emisión de sustancias contaminantes. Este discurso también es válido para algunas herramientas de trabajo como las impresoras, las fotocopiadoras y los productos de bricolaje como los pegamentos.
Agentes biológicos que reducen la calidad del aire doméstico
El riesgo biológico está relacionado con la presencia en el aire de microorganismos como hongos, virus y bacterias, y de alérgenos de interior como ácaros del polvo y mohos.
Los primeros son una fuente potencial de transmisión de algunas enfermedades infecciosas como la gripe, la varicela, el sarampión, la neumonía y la legionelosis. Los alérgenos de interior más comunes son, en cambio, los ácaros, los derivados epidémicos de animales domésticos, las cucarachas y los hongos.
Algunas especies de hongos, como, por ejemplo, Alternaria alternata, también son causa de moho que crece tanto en frutas y verduras podridas como en ambientes especialmente húmedos, provocando reacciones alérgicas como asma, conjuntivitis, rinitis y dermatitis. Por último, están los pólenes, alérgenos típicos de exterior, los cuales pueden penetrar en el interior, sobre todo en primavera, cuando la polinosis está muy extendida.
Agentes físicos que influyen en la calidad del aire interior
En la calidad del aire interior también pueden influir agentes físicos como los campos electromagnéticos (CEM) y el ruido. Los primeros pueden derivar de sistemas de radio, televisión y telefonía móvil, sistemas de transporte y de transformación de energía eléctrica, sistemas para procesos industriales y, en general, de todos los aparatos que requieren alimentación eléctrica, como los electrodomésticos. Por su parte, el responsable de la contaminación acústica, esto es, el ruido, consiste en todos los sonidos molestos por su excesiva intensidad.